Demi Lovato: Wilmer Valderrama la salvó en los momentos más difíciles

La relación entre Demi Lovato y Wilmer Valderrama no es nueva, aunque los implicados nunca la han confirmado públicamente. Sin embargo, en el último año Demi Lovato ha publicado varias fotos junto a su chico y le ha enviado bonitos mensajes. ¿Qué ha cambiado para que ahora muestren su amor en público? Aunque la cantante sea una chica fuerte y segura de sí misma, en el pasado tuvo problemas de alimentación y de autoestima y, aunque siempre la pongamos de ejemplo a seguir en meltyfan.es, como todo el mundo, tiene épocas algo peores. La cantante ha concedido una entrevista a Fitness Magazine donde ha contado cómo se siente en estos momentos y ha hecho reveladoras confesiones.

Demi Lovato, que es una de las cantantes más sexys del momento, no ha pasado su mejor año. Según ha contado ella misma a la mencionada revista, los problemas de autoestima han vuelto en los últimos meses: "He aprendido a querer mi cuerpo como es. Me ayuda recordar lo que he pasado. He visto las fotos de mi primera gira recientemente, pasé todo el verano con una camisa de manga larga aunque hiciese calor porque no me gustaban mis brazos. ¡Y pesaba 47 kilos! Durante la última gira he tenido confianza para mostrar mis brazos en todos los conciertos. Puede parecer ridículo, pero para mí es muy importante". No obstante, no todo ha sido tan fácil para Demi en 2014, cuando el poyo de su chico Wilmer Valderrama ha sido fundamental.

En la misma publicación contó que durante el pasado verano tuvo una pequeña recaída en sus problemas alimenticios. Según ha explicado la propia Demi Lovato volvió a tener trastornos de alimentación. En esta ocasión su chico descubrió el problema y la ayudó a superarlo de nuevo. Demi explicó a la publicación, con toda franqueza, que ahora hace cuatro comidas al día y dos meriendas, y que ha perdido nuevamente el miedo a los alimentos. Como muchas chicas de su edad ella ha sufrido problemas de autoestima, pero siempre se ha esforzado en superarlos. Por eso, hemos de quedarnos con sus primeras palabras, esas en las que contaba que ya no se avergüenza al enseñar sus brazos.